miércoles, 29 de agosto de 2012

como contrarrestar el bullying


De un tiempo a esta parte, hemos idoviendo en los medios de comunicación informaciones sobre el 'Bulling' oviolencia en las aulas, como un hecho novedoso o quizás más presente,pero ¿sabemos lo que es? ¿Qué podemos hacer ante él si nuestros hijoslo sufren? 

Aunque por el nombre parece algo nuevo, el Bullinges un hecho que viene de lejos. Frases como “si te pegan dale tú másfuerte”, “no seas un cobarde”, “tienes que aprender a valerte por tisolo”… muestran como la conflictividad entre adolescentes o niños máspequeños, está fuertemente enraizado en la cultura humana. Este tipo deviolencia la encontramos en plena sociedad y también la ven nuestroshijos. Pensemos en las relaciones que se llevan a cabo en el trabajo,en las relaciones sociales de vecindad (juntas de vecinos…), en cómonos transformamos al volante..., en todo esto los niños observan cómoel maltrato o la violencia pueden convertirse en buenos instrumentospara conseguir determinados objetivos.

Comoprimera idea fundamental, todos debemos tener la convicción de que elmaltrato, sea en la forma que sea, es intolerable. El mensaje quetransmitimos a nuestros hijos y adolescentes respecto al ejercicio dela solidaridad con el otro, de la preocupación de unos a otros, es labase de la educación para la vida y la convivencia.

Pero, ¿qué es el Bulling?Intimidación y maltrato entre escolares, de forma repetida y mantenida,casi siempre, lejos de los ojos de los adultos, con la intención dehumillar y de someter abusivamente a una victima indefensa, por partede uno o varios agresores a través de agresiones físicas, verbales y/osociales, con resultados de victimización psicológica y rechazo grupal.Esta es la definición que los pedagogos y psicólogos hacen del Bulling, pero las formas en las que este puede presentarse son de varios tipos:

Intimidaciones verbales (insultos, motes, hablar mal de alguien, sembrar rumores…).
Intimidaciones psicológicas (amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente obligar a la víctima a hacer cosas).
Agresiones físicas:Tanto directas (peleas, palizas o simplemente “collejas”) comoindirectas (destrozo de materiales personales, pequeños hurtos…).
Aislamiento social,bien impidiendo al joven participar, ignorando su presencia y nocontando con él en las actuaciones normales entre amigos y compañerosde clase.
También está el acoso de tipo racista, cuyo objetivo son las minorías étnicas o culturales. 
Acoso sexual que hace que la víctima se sienta incómoda y humillada.
Y actualmente se da el acoso anónimo mediante el móvil o el mail con amenazas o palabras ofensivas.


¿Cómoes el agresor? ¿Qué tipo de niño o adolescente puede cometer estosactos de crueldad con sus semejantes? Una característica compartida porlos agresores es la falta de empatía, es decir, la incapacidad deponerse en el lugar del otro. No piensan que sus actos repercuten enotra persona que los siente y padece como un tormento, incluso puedellegar a pensar que la víctima se lo merece. A pesar de laimpopularidad del agresor entre los compañeros, consigue elreconocimiento de estos demostrando que es fuerte al producir miedo yprepotencia. El Bulling en muchos casos puede convertirse en la antesala de la conducta delictiva posterior, según muchos estudios han llegado a reconocer.Los agresores suelen ser también personas con una muy baja autoestima yque descargan su frustración con los más débiles, o al menos a los queellos perciben como más débiles.

Lavíctima puede ser cualquiera: el gordito, el que lleva gafas, elempollón, el que se incorpora tarde… Pero sí suele coincidir que sonniños con una falta de asertividad (una parte de las habilidadessociales, aquella que reúne las conductas y pensamientos que nospermiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido)y de competencia social. La víctima así considerada, sufrirá debido al Bulling una falta de autoestima social, altas dosis de fracaso escolar, una ansiedad anticipatoriaya que cuando sale del colegio no termina el problema, sino que yacomienza a anticipar lo que se será el infierno de mañana, mostrandopor tanto un rechazo al entorno escolar que se traduce en estrés.El niño tenderá a sentirse indefenso, tendrá una creciente fobia a laescolarización, tendencia a la depresión e impulsos suicidas. Enalgunos casos se ha llegado a culpabilizar de la situación que estáviviendo, ya que cada acto de humillación mina su autoestima un pocomás.

Pero no solo son víctimas los niños que sufren de Bulling,los espectadores de los casos de maltrato en la escuela miran haciaotro lado, lo que hace que lleguen a creerse que el fuerte tiene poder,y que es justo que así sea o que se meten con ese niño porque es un“pringao” y se refuerzan posturas egoístas (“mientras no me toque amí”). Puede llevar a los niños a no valorar la violencia que ocurre asu alrededor, llegando a una cierta insensibilización.

Pero, ¿qué podemos hacer si nuestro hijo o hija está siendo víctima del Bulling? Escuchar a nuestro hijo sin menospreciarlo ni comentando que “eso escosa de chicos”, ya que la violencia no es algo natural. Deberemosindagar discretamente si realmente ha ocurrido eso que nos cuenta. Encaso afirmativo, y sin más demora, debemos contactar con el colegio,solicitando la intervención y cooperación del profesorado, fijando unaestrategia de intervención para detener el daño que se estáproduciendo, y para tratar a medio y largo plazo las relaciones entrelos involucrados. 

Otras acciones muy convenientes para evitar, sabiendo que cualquiera puede ser víctima del Bulling,que nuestros hijos se conviertan en víctimas son el potenciar suautoestima y confianza en sí mismos. Es muy conveniente el potenciar enellos la amistad ya que la falta de amigos incrementa el riesgo deconvertirse en víctima y hace que disminuya más su impopularidad y suaislamiento. A nuestros hijos hay que ayudarles para que sean amigos detodos y muestren especial simpatía hacia los que se encuentran mássolos. Podemos aprovechar los últimos casos de Bulling difundidospor la TV para hablar con nuestros hijos. Puede ser que halla sidoespectador de alguna situación de abuso y es bueno el hablar con élpara saber qué piensa, qué soluciones podrían dar, para orientarle yayudarle a formar su conciencia. Como siempre, una buena comunicaciónentre los padres y los hijos puede ayudarnos a prevenir y, en caso desufrirla o bien ser espectador de esa violencia, podremos adelantarnosa buscar una solución o bien a minimizar y formar adecuadamente.Cómo detectar una situación de acoso escolar?

¿Cómo detectar una situación de acoso escolar?
La violencia y principalmente la escolar están asociadas al rechazoverbal y exclusión social “hablan mal de mí” “me critican” acontinuación comienzan con una violencia verbal (“me insultan” “meridiculizan”). Con el tiempo podemos llegar a una expresión de laviolencia física difícil de controlar, por lo que actuar desde laprevención es crucial.
Cuando se produce acoso escolar no solamente está la víctima y elagresor, sino que hay otros dos agentes que son espectadores delproblema.En la víctima le produce miedo y rechazo el asistir al centroeducativo, a parte de la de una pérdida de confianza en uno mismo yproblemas relacionados con un bajo rendimiento, una baja autoestima,…
En relación con el agresor, aumenta su capacidad agresiva y a su vezdisminuye la capacidad de comprensión y se refuerza sus conductasviolentas creando un modelo relacional con su entorno.
Los agentes o sea los jóvenes que no participan directamente de laviolencia, pero si que conviven directamente con ella, sin hacer nadapara evitarla, tienen el miedo de convertirse en víctimas del agresor.Esto puede desencadenar a una falta de sensibilidad, la apatía, lainsolidaridad a los problemas de los demás.
En el centro educativo, afecta la calidad de la enseñanza, dificultael logro de los objetivos, el aprendizaje, la calidad en el trabajo yesto hace que aumente tensiones en el centro. 






Acoso escolar
Se entiende por acoso escolar (Bullying), el hostigamiento y maltrato verbal o físico entre escolares de forma reiterada. Para que ocurra debe haber un sujeto acosador, una víctima y un conflicto. El sujeto maltratado queda expuesto física y emocionalmente ante sujeto maltratador. El maltrato entre compañeros puede aparecer de formas muy diversas. Las más comunes son:
Verbales tales como insultos, motes, hablar mal de alguien, rumores,...
Psicológicas amenazas para lograr algo de la víctima, para ejercer poder sobre ella.
Agresiones físicas peleas, palizas, pequeñas acciones insignificantes pero que ejercen presión sobre el individuo al hacerse de forma reiterada, pequeños hurtos,...
Aislamiento social, marginando, ignorando su presencia y no contando con él/ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
Con el desarrollo de la informática es muy común el acoso cibernético a través del correo electrónico y redes sociales.
Los niños que ejercen de matones de escuela repiten a lo largo de su vida comportamientos de acoso, sea en el ámbito familiar, sea en el laboral. En algunos casos, los acosadores se convierten en personas violentas o delincuentes; en otros, seguirán teniendo actitudes de acoso.


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